2:39 pm - Que bueno es estar en casa de nuevo, comida caliente, ropa limpia, tele con cable, no hacer nada, si, definitivamente la extrañaba. Y si, ahora me pase del papel a la compu, como que eso de escribir con tu puño y letra ya es del siglo pasado aparte de que da mas flojera, bueno de hecho ya había tenido otros bloggs antes pero nunca habían funcionado, o mejor dicho me enfadaban y nomás los dejaba ahí por la paz, haber si no me pasa lo mismo con este, espero que no...
Lo único que odio de vivir lejos de mi familia es el tener que viajar en camión casi todo los fines de semana, creo que hasta ya hay un asiento con mi nombre de tantas veces que viajo, pero lo peor del caso es que son mas de tres horas de viaje. Por lo general siempre viajo en camiones "TAP", que aparte de ser más cómodos siempre te ponen una película, algo que casi ninguna otra línea hace. Algunas veces si ponen filmes que valen la pena, pero otras me hacen desear salir por la ventana de emergencia del camión, cosa que he pensado mas de una vez, lo que pasa es que casi siempre me siento junto a la venta de emergencia, no por seguridad ni nada, sino por que ya me acostumbré a sentarme ahí, tienes el baño cerca, la tele a dos asientos de distancia, lo que la coloca en el ángulo perfecto para poder disfrutarla sin estirar mucho el cuello, el basurero al alcance de la mano, en fin, es el mejor lugar, que casi siempre es el 18. Muy raras veces me siento en otro lugar, como ayer, que me tocó el 14, o era ese o uno de los de hasta atraaas que huele a orines con mierda por que están junto al baño, así que me resigne y compré boleto para ese lugar. Total que me subí al camión y todo, y como era de esperarse había alguien en el asiento de alado, era una muchacha como de 20 años, pelo obscuro, delgada, algo alta y con nariz aguileña uff, de qué rancho salió esta pensé, acomodé mis maletas en la parte de arriba, saque un libro para ir leyendo por el camino y me senté, nos miramos y nos sonreímos. En eso el televisor se enciende y comienza una película de un chango que aprende snowbording estos escritores de ahora fuman mas mota que antes pensé, pero como no había otra cosa que hacer me puse a ver la dichosa película, que resulto estar de lo mas mona (jajaja, mona, chango, entienden?, si ya se mendigo chiste malo), después de la trama mas aburrida y estúpida que nada de la película intenté dormir un poco, que al parecer a mi compañera de asiento no le costaba nada, que ya llevaba dormida la mitad del camino. Estaba en eso cuando se enciende de nuevo la tele pero ahora con una película Mexicana mierda, vamos de mal en peor, les juro que ya empezaba a extrañar al changuito ese y su tabla. Como de nuevo no tenia nada que hacer (créanme en un camión no hay mucho que hacer) me puse a ver la otra película, que resultó estar mas "mona" que la otra (jaja no lo puede evitar), y a pesar de ser mexicana era bastante buena, para eso mi compañera ya estaba despierta, y yo después de un rato me quede dormido.
- Disculpa, disculpa - desperté extrañado de que me estuvieran hablando a mí. Voltee y era mi compañera la que me hablaba - Me das permiso, es que voy a ver si está abierto el baño - Bonita hora se te ocurrió para ir, apenas que había logrado dormirme
- Si pásale - le dije. Ya que, ya me despertaste
- Gracias - y se fue hasta el fondo del camión corriendo Pobrecilla, cuanto tiempo debió de haber aguantarse para no despertarme pensé, pero igual no me importó. Después paso corriendo pero ahora hacia el frente, donde estaba el conductor, al parecer estaba cerrado el baño, y entonces si empecé a sentir pena por ella, Que aguante me dije ,Y aparte andar corriendo así por todo el camión, debe ser una profesional en eso de aguantase. Por fin el conductor le dijo como abrir el baño, y se fue rápidamente hacia el baño de nuevo, créanme, nunca había visto a alguien correr tan rápido en un camión y en zona de curvas, de haber estado en las olimpiadas debió de haber ganado por lo menos la de plata. Y bueno, después de todo el espectáculo que todos los pasajeros presenciaron la joven volvió a su asiento junto a mí con cara de felicidad Pues como no me dije Después de todo lo que pasó. Para ese entonces la película ya iba como a la mitad y llevábamos más de dos horas de viaje. El tiempo pasaba y los minutos se me hacían como horas, comprobé que cuanto más quieres llegar mas leeeento se te hace el tiempo, parecía que el reloj de mi celular no avanzaba, así que mejor lo apagué que de todos modos no tenía señal y me dispuse a dormir otra vez pero ya no pude, y mi compañera tampoco. Ambos estábamos igual de aburridos y cansados de estar sentados, aquello parecía una competencia de haber quien se movía mas, y por lo visto ella iba ganando, auque yo no me dejaba y cambiaba de lugar mis pies cada treinta segundos. Intenté leer un poco, pero con tanta curva era casi imposible, así que mejor me puse a ver la película de nuevo, que estaba casi por terminar. Nunca había visto tanta desgracia junta, verla resultó ser una mala idea, ahora aparte de cansado y aburrido, me sentía mal por la mujer de la película, pero era solo una película después de todo. Cuado terminó nos quedaba como una hora de viaje, ¡Una hora y sin película!, ya sentía que no llegaba. Ver por la ventana era lo único que me podía salvar, pero para mi suerte yo estaba en el pasillo, y si volteaba hacia la ventana parecía como si estuviera viendo a la muchacha así que mejor ni voltee Va pensar que me gusta o algo. Pasaban los minutos y el aburrimiento se hacia cada vez más insoportable, esa ventana de emergencia se veía cada vez más tentadora, pero resistí, al fin y al cabo ya faltaban menos de 30 minutos. Por la ventana, que miraba de reojo de vez en cuando, alcancé a ver algunos edificios conocidos ¡Si!, llegamos suspiré aliviado.
- ¿Tu eres de aquí o de Tepic? - Me preguntaron de repente. Voltee y a la muchacha que antes hasta muda parecía me hablaba a mi con cara amigable.
- Si, soy de aquí - le dije, un poco extrañado de que me estuviera hablando, y más por que claramente era mucho mas grade que yo, y normalmente tienden a ignorarme. Al parecer había llegado al mismo punto de aburrimiento que yo.
- ¿Y estudias en Tepic o que?- me dijo, con la nariz aguileña arrugada por la sonrisa de su cara.
- Si, en el Tec, ¿y tu eres de aquí? - le pregunté.
- No, soy de Tepic, nomás vengo acá a vacacionar un rato - Ya de pronto aquella maratonista cagona se había convertido en persona.
- A orale, que bien, ¿y donde estudias tu allá en Tepic?- le dije.
- Ahí en la UAN, estudio turismo - Me dijo.
- Y en que semestre vas -
- En quinto, ¿y tú vas en primero verdad? -
- Si - y así estuvimos hablando lo que restaba del viaje con aquella extraña que sentía que había conocido de toda la vida. Platicamos tan a gusto que sentí que me faltaron horas de viaje para poder seguir hablando con ella, y ahora no quería que el viaje terminara, a pesar de que unos minutos antes estaba por salir por la ventana. Por fin llegamos a Vallarta y nos despedimos pesadamente, con ganas de haber podido platicado por mucho mas tiempo, si tan solo le hubiera hablado mucho antes todo hubiera sido diferente, incluso ahora seríamos hasta grandes amigos, supe que se llamaba Phenelope por que lo traía escrito en su mochila. Mientras caminaba hacia mi casa en medio de la lluvia que ese día estaba cayendo, me puse a pensar en cuantas Phenelopes nunca había conocido, simplemente por haberlas juzgado o no haberles hablado por miedo o por vergüenza, y allí parado frente a la central, con esas frías gotas cayendo sobre mí me prometí que nunca más dejaría que otra Penélope se escapara de mi vida.
Lo único que odio de vivir lejos de mi familia es el tener que viajar en camión casi todo los fines de semana, creo que hasta ya hay un asiento con mi nombre de tantas veces que viajo, pero lo peor del caso es que son mas de tres horas de viaje. Por lo general siempre viajo en camiones "TAP", que aparte de ser más cómodos siempre te ponen una película, algo que casi ninguna otra línea hace. Algunas veces si ponen filmes que valen la pena, pero otras me hacen desear salir por la ventana de emergencia del camión, cosa que he pensado mas de una vez, lo que pasa es que casi siempre me siento junto a la venta de emergencia, no por seguridad ni nada, sino por que ya me acostumbré a sentarme ahí, tienes el baño cerca, la tele a dos asientos de distancia, lo que la coloca en el ángulo perfecto para poder disfrutarla sin estirar mucho el cuello, el basurero al alcance de la mano, en fin, es el mejor lugar, que casi siempre es el 18. Muy raras veces me siento en otro lugar, como ayer, que me tocó el 14, o era ese o uno de los de hasta atraaas que huele a orines con mierda por que están junto al baño, así que me resigne y compré boleto para ese lugar. Total que me subí al camión y todo, y como era de esperarse había alguien en el asiento de alado, era una muchacha como de 20 años, pelo obscuro, delgada, algo alta y con nariz aguileña uff, de qué rancho salió esta pensé, acomodé mis maletas en la parte de arriba, saque un libro para ir leyendo por el camino y me senté, nos miramos y nos sonreímos. En eso el televisor se enciende y comienza una película de un chango que aprende snowbording estos escritores de ahora fuman mas mota que antes pensé, pero como no había otra cosa que hacer me puse a ver la dichosa película, que resulto estar de lo mas mona (jajaja, mona, chango, entienden?, si ya se mendigo chiste malo), después de la trama mas aburrida y estúpida que nada de la película intenté dormir un poco, que al parecer a mi compañera de asiento no le costaba nada, que ya llevaba dormida la mitad del camino. Estaba en eso cuando se enciende de nuevo la tele pero ahora con una película Mexicana mierda, vamos de mal en peor, les juro que ya empezaba a extrañar al changuito ese y su tabla. Como de nuevo no tenia nada que hacer (créanme en un camión no hay mucho que hacer) me puse a ver la otra película, que resultó estar mas "mona" que la otra (jaja no lo puede evitar), y a pesar de ser mexicana era bastante buena, para eso mi compañera ya estaba despierta, y yo después de un rato me quede dormido.
- Disculpa, disculpa - desperté extrañado de que me estuvieran hablando a mí. Voltee y era mi compañera la que me hablaba - Me das permiso, es que voy a ver si está abierto el baño - Bonita hora se te ocurrió para ir, apenas que había logrado dormirme
- Si pásale - le dije. Ya que, ya me despertaste
- Gracias - y se fue hasta el fondo del camión corriendo Pobrecilla, cuanto tiempo debió de haber aguantarse para no despertarme pensé, pero igual no me importó. Después paso corriendo pero ahora hacia el frente, donde estaba el conductor, al parecer estaba cerrado el baño, y entonces si empecé a sentir pena por ella, Que aguante me dije ,Y aparte andar corriendo así por todo el camión, debe ser una profesional en eso de aguantase. Por fin el conductor le dijo como abrir el baño, y se fue rápidamente hacia el baño de nuevo, créanme, nunca había visto a alguien correr tan rápido en un camión y en zona de curvas, de haber estado en las olimpiadas debió de haber ganado por lo menos la de plata. Y bueno, después de todo el espectáculo que todos los pasajeros presenciaron la joven volvió a su asiento junto a mí con cara de felicidad Pues como no me dije Después de todo lo que pasó. Para ese entonces la película ya iba como a la mitad y llevábamos más de dos horas de viaje. El tiempo pasaba y los minutos se me hacían como horas, comprobé que cuanto más quieres llegar mas leeeento se te hace el tiempo, parecía que el reloj de mi celular no avanzaba, así que mejor lo apagué que de todos modos no tenía señal y me dispuse a dormir otra vez pero ya no pude, y mi compañera tampoco. Ambos estábamos igual de aburridos y cansados de estar sentados, aquello parecía una competencia de haber quien se movía mas, y por lo visto ella iba ganando, auque yo no me dejaba y cambiaba de lugar mis pies cada treinta segundos. Intenté leer un poco, pero con tanta curva era casi imposible, así que mejor me puse a ver la película de nuevo, que estaba casi por terminar. Nunca había visto tanta desgracia junta, verla resultó ser una mala idea, ahora aparte de cansado y aburrido, me sentía mal por la mujer de la película, pero era solo una película después de todo. Cuado terminó nos quedaba como una hora de viaje, ¡Una hora y sin película!, ya sentía que no llegaba. Ver por la ventana era lo único que me podía salvar, pero para mi suerte yo estaba en el pasillo, y si volteaba hacia la ventana parecía como si estuviera viendo a la muchacha así que mejor ni voltee Va pensar que me gusta o algo. Pasaban los minutos y el aburrimiento se hacia cada vez más insoportable, esa ventana de emergencia se veía cada vez más tentadora, pero resistí, al fin y al cabo ya faltaban menos de 30 minutos. Por la ventana, que miraba de reojo de vez en cuando, alcancé a ver algunos edificios conocidos ¡Si!, llegamos suspiré aliviado.
- ¿Tu eres de aquí o de Tepic? - Me preguntaron de repente. Voltee y a la muchacha que antes hasta muda parecía me hablaba a mi con cara amigable.
- Si, soy de aquí - le dije, un poco extrañado de que me estuviera hablando, y más por que claramente era mucho mas grade que yo, y normalmente tienden a ignorarme. Al parecer había llegado al mismo punto de aburrimiento que yo.
- ¿Y estudias en Tepic o que?- me dijo, con la nariz aguileña arrugada por la sonrisa de su cara.
- Si, en el Tec, ¿y tu eres de aquí? - le pregunté.
- No, soy de Tepic, nomás vengo acá a vacacionar un rato - Ya de pronto aquella maratonista cagona se había convertido en persona.
- A orale, que bien, ¿y donde estudias tu allá en Tepic?- le dije.
- Ahí en la UAN, estudio turismo - Me dijo.
- Y en que semestre vas -
- En quinto, ¿y tú vas en primero verdad? -
- Si - y así estuvimos hablando lo que restaba del viaje con aquella extraña que sentía que había conocido de toda la vida. Platicamos tan a gusto que sentí que me faltaron horas de viaje para poder seguir hablando con ella, y ahora no quería que el viaje terminara, a pesar de que unos minutos antes estaba por salir por la ventana. Por fin llegamos a Vallarta y nos despedimos pesadamente, con ganas de haber podido platicado por mucho mas tiempo, si tan solo le hubiera hablado mucho antes todo hubiera sido diferente, incluso ahora seríamos hasta grandes amigos, supe que se llamaba Phenelope por que lo traía escrito en su mochila. Mientras caminaba hacia mi casa en medio de la lluvia que ese día estaba cayendo, me puse a pensar en cuantas Phenelopes nunca había conocido, simplemente por haberlas juzgado o no haberles hablado por miedo o por vergüenza, y allí parado frente a la central, con esas frías gotas cayendo sobre mí me prometí que nunca más dejaría que otra Penélope se escapara de mi vida.
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