15 nov 2008

Luna llena


Frio.

Mucho viento.

Rostros expectantes.

Sudor.

Nervios.

Si, muchos nervios. Cuatro meses culminaban en aquel momento, en esos caminos naranjas que seducian a cualquiera con sus lineas blancas. No me imaginaba que acudirian tantos a aquel lugar, pero una vez que se baja todo se olvida,

Trotas.

Vuelves.

Mas frío.

Puedes ver el deseo en los ojos de cada uno de ellos, todos quieren lo mismo, todos llegaron aquí con el mismo sueño, sus miradas se pierden en la profunidad de sus pensamientos, intentando con todas sus fuerzas encontrar todo lo que estuvieron guardando, como pequeñas ardillas que guardan sus nueces para el invierno.

Voces.

Nadie escucha.

Saben que es el momento. Hombro con hombro. Sueño con sueño. Un brazo en lo alto y la espera, la larga y eterna espera. Una bandera blanca que asesina a la roja. Un disparo. La batalla comienza con el pie derecho. Cada uno se pierde en su mudo que choca con los codos del otro, una sola fila de coraje, de deseperación. Una palmada en la espalda, ¡Tu puedes!

Cansancio.

Las suelas forcejean con el naranja del piso que tratan con todas sus fuerzas de seguir adelante, los gritos se hace cada vez mas fuertes inundando el aire con súplicas y palabras de aliento. Eso me falta. Se me escapa llevandose consigo una parte de mi, de lo que quiero.

Campanas.

La ferocidad llega por debajo, te toma de las piernas y te tapa los ojos para que no lo veas.

El dolor.

Un camino ancestral que se repite eternamente, que culmina en una voz distante, diciendote lo que tal vez no quieres oir.

La decepción.

Todo termina con cuerpos caidos, reverenciales, sudando sus nervios, alegrías y tristezas. El mío se rinde y se deja llevar, me entrego, un abrazo de plástico me recibe con gusto. Ya no puedo mas. La luna lo sabe y la maldigo, todo es por su culpa, todo ha terminado con migo, y sin embargo siento que acaba de comenzar algo en mi, sé que si no me levanto, no me levantaré jamás. Todo se calma, los pechos palpitan cada vez mas lento, el sabor a durazno en la boca te regresa de golpe a la realidad.

Tristeza.

La trajo el viento desde las miradas decepcionadas. No hay nada mas que hacer.

Y el frio.

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