¿Cuantas?

Es verdad, solo escribe el que tiene algo que decir, y en las últimas semanas (meses mejor dicho) no tenia nada, absolutamente nadaa que decir. Tal vez sea raro de mi parte, tal vez no, pero lo que si se es que extrañe un poco andar por acá, divagando sin sentido en las madrugadas silenciosas de mi cuidad, bueno, exceptuando la carretera que pasa justo arriba de mi casa, y los perros que ladran y... bueno, hay que suponer que es silenciosa. Si no me falla la memora han pasado dos meses en los cuales no le hecho caso la blog. En todo ese tiempo he aprendido cosas. Yo se que suena algo tonto y obvio pero es verdad. No cualquiera aprende cosas y créanme yo lo se. Pero mas que cosas es una manera de vivir, la manera en la que siempre debí de haber vivido: vivir para mi. El que vive para si mismo es feliz, el mundo te sale sobrando y eso es en cierta medida algo bueno, que te ayuda a disfrutar de cualquier insignificancia que se te presente. ¿Cuántas veces te has quedado como idiota mirando las estrellas, sonriéndoles y hablando con ellas?, ¿Cuantas veces has visto las nubes en el cielo admirarlas, encontrarles forma y asombrarte de su tamaño?, ¿Cuantas veces has visto por la ventana del tren, autobús, o lo que sea, la simpleza de la vida pasar frente a ti?, ¿Cuantas veces te has puesto a pensar en lo inmenso que es el universo y en lo realmente insignificantes que somos?, ¿Cuantas?, yo, muchas, muchiiisimas, y esos son los detalles que hacen que la vida sea un viaje placentero, uno en el que llegar no es lo importante, sino el tiempo que te tomas para hacerlo.