El calor veraniego de julio siempre trae con sigo nuevas cosas, diferentes emociones y personas, colándose entre las hendiduras que dejó el viento el año pasado. No se que tan rápido se puede colar la amistad a un corazón, a veces las personas lo impermeabilizan, haciendo casi imposible que algo nuevo entre. Todo es cuestión de mojarse, quien no se arriesga a correr bajo la lluvia, nunca sabrá lo que esperaba del otro lado. La intuición te advierte que algo siempre debe de ser, que una luna a medio morir puede iluminar el nuevo sendero hacia la felicidad y que el avión de las seis trae abordo a el amor. Hay que saber cocinar la amistad, si se te pasa se quema y sabe mala, si no la cocinas lo suficiente es probable que no quieras volver a comer, y aunque no tengas hambre nunca rechaces a alguien que te ofrece su amistad. Calor, amor y amistad siempre han sido una buena combinación.
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