5 feb 2009

Siento que me ha estado haciendo falta hablar con alguien, el estar callado tanto tiempo me esta volviendo hermético, y algunas veces se me hace difícil hablar con los demás. Pero lo peor de todo es que me gusta, soy un solitario por naturaleza, y el vivir en grupo nunca se me ha dado, aunque yo se bien que es fundamental a la hora de vivir. Y después de varias semanas de analizar, he llegado a la conclusión de que quien escribe es por que no tiene con quien hablar, o como yo, que es de la única manera en que se pueden comunicar abierta y libremente las ideas, es como estar hablando contigo mismo, y así sabes que nadie va a juzgar lo que digas, que no tienes que aparentar nada, ni fingir nada, todo fluye de manera natural. Últimamente me he sentido feliz, una serena felicidad, esa que te da cuando sabes que eres libre de hacer y andar por donde quieras, de la que te deja contemplar la luna a media calle, la que te hace reír como tonto cuando estás solo, o la que le quita importancia a lo que piensan los demás. Pero a veces esa tela de felicidad se rompe o se te cae por momentos, y comienzas a ver al mundo de una manera distinta, desequilibrando todo tú existir. Otras veces también pienso que es lo que va a ser de mí cuando sea viejo, lo más probable es que no tenga hijos y no haya nadie que cuide de mi, pero realmente eso no me importa mucho, por que al final de cuentas siempre he estado solo. Yo creo que lo que me pasa algunas veces es que mi deseo por la compañía y la aceptación rebasa por momentos fugaces a mi natural soledad, haciendo que avive en mí esa flama que me transmite la necesidad de estar acompañado, pero es difícil. Si apenas puedo con migo mismo, con todos estos sentimientos que me embargan, tal vez me sea muy difícil convivir con alguien más, más no imposible, por que parte de eso es saber relacionarse, que con lleva a su vez un cierto punto de fingir, cosa que he aprendido a odiar en todos estos años, fingir es lo último que me gusta a hacer, aunque muchas veces me veo forzado a hacerlo, engañando a mi alma y mi mente, a convencerme de que nada es como se plantea, y a no pensar en lo que los demás tal vez quieran de mi.
Últimamente mi búsqueda de pareja ha fallado atrozmente, y con cada nueva decepción voy perdiendo poco a poco la esperanza de realmente encontrar a alguien que me pueda amar. Yo se que mi corazón esta lleno de amor, de caricias contenidas, de palabras dulces amontonadas, pero de nada sirve si no hay a quién decírselas o hacérselas, creo que es por eso que fácilmente llego a ilusionarme, y una de las peores cosas es cuando muere una ilusión, se lleva consigo un pedacito de corazón, y lo remplaza con uno de piedra, en un vano intento de disimular ese agujero que ha dejado. El día que me quede sin corazón creo que ya no valdría la pena existir.
Las lagrimas ya se me acabaron, tanto llorar de niño acabo secándome los ojos, creo que lloré todo lo que tenía que llorar, por que ahora solo es un poco de agua y nada más, por que sin el sentimiento no son lágrimas, y yo se que de nada sirve llorar, no te soluciona nada, y de tanto que me papá me lo decía se me quedó grabado a fuego en el alma: no llores.
Ya, creo que contener todo lo que no puedo decir, agobia a mi alma, la asfixia y la aprieta contra la infelicidad, por que cada vez le dejan menos espacio para ir y venir cuando quiera. Y aparte el querer aparentar algo no tiene caso, los demás verán en ti lo que realmente eres y no más, tú alma no puede engañar, y lo primero que se ve es el alma, que nos dice a gritos que es lo que alguien busca, y cuales son sus intenciones, y a ella no la puedes engañar, el intentar cambiar lo que ella siente, solamente te da mas insatisfacciones y frustraciones, es ir contra la corriente, es echar agua al desierto, o alimentar a un puerco ajeno, que al final tú ni te vas a comer, es muchas cosas, pero nuca miente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario