Aveces me pesa tanto el alma que mi cuerpo no la pede levantar. Esta realidad te empapa la ropa que despues te tienes que quitar, por eso nadie anda desnudo ahora. El mundo no es el que gira, somos nosotros los que no paramos de dar vueltas y sin siquiera habernos movido de esa conformidad en la que nos quedamos pegados. Ya tenemos la espalda verde y los pies fijos al piso. Necesito de lugares diferentes para ver el mismo mundo. La prespectiva aclara las ideas y te deja ver de que color tienas las manos.
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