28 feb 2009

Estrellas color carmesí

-Salir, eso es, salir- Tomo el té humeante que tenia en la mesita redonda de en frente, junto a su pie cruzado y le dió un pequeño sorbo soteniendo con una mando el pequeño platito de debajo y con la otra la taza. Lo puso de nuevo en la mesita. Recorrió con la mirada a las demás personas en la sala, esperando una respuesta, todos desvaiban la mirada, evitando la confrontación, todos menos ella, que se habia quedado escuchandolo desde que comenzó a hablar. Sus ojos se trenzaron como dos imanes opuestos que se acaban de encontrar, nunguno bajaba la mirada. Ella también tomó de su te.
-Pues...- Salio de su boca pintada de rojo carmesí, que combinaba con su vestido escotado y sus zapatillas, que casi podria decirse que erean sancos- creo que no estoy de acuerdo con usted, si me permite el atrevimiento debo decirle que es usted es tan vulgar como todos esos de los que habla, sin mencionar que tal vez es mas feo que ellos-.
La indignción se subió al rostro del joven, y torció el gesto, repudiendo las palabras que aquella boca hermosa acaba de pronunciar. Los demás en la sala se quedaron atónitos, y miraban de una esuquina a otra de la sala, donde se encontraban los dos combatientes, esperando quizá que el joven le lanzara su taza de té a la mujer del vestido rojo, e inmoviles, camuflajeandose con los muebles para evitar ser blanco de aquellas palabras que salian disparadas como flechas envenenadas.
-No esperaba mas de una mujer como usted- dijo al fin el joven recorriendo a la mujer con la mirada- es por eso que las mujeres no deben de andar sin un marido que las controle, se vuelven tontas y maleducadas, tal como usted.- Todos se quedaron mirando a la mujer del vestido rojo, como si ese color fuese sangre y no el color del vestido, como si el joven la hubiese abofetado y esperasen ver como es que respondia. Ya era tarde pero nadie se iría, esa estaba siendo la tarde de té mas emocoinante que habían tenido en meses, y no se la perderían por nada, les daría de que hablar por lo menos un mes completo. La mujer del vestido rojo terminó tranquilamente su té, soplandole de vez en cuando, como si estuviese sola en aquella sala. Se levantó con toda naturalidad y avazó hacia el joven como lo haría una modelo en la pasarlea, o al menos así lo contarían todos los presentes después. Al llegar frente al joven se detuvo y lo observó detenidamete, como quien observa una obra de picasso, y después de unos segundos sentenció:
-¿Cuando fué la ultima vez que viste las estrellas?-
-¿Como?, de que demonios estas hablando.
-Ya me lo suponia-Suspiró de indignación
-¿Le pusiste alcohol a tu té o algo?- miró a los demás en busca de alguna sonrisa cómplice, pero nada, si se habian convertido en muebles. Sacó de su bolso un labial, al parecer el mismo color que estaba usando, lo destapó y lo paso por sus carnosos labios, aun sin despegar los ojos del aquel joven. Sus labios quedaron al rojo vivo, se inclinó levemente hasta quedar a la altura del joven, lo miró unos momentos más y sin previo aviso, le plantó un beso, uno que hubera dejado sin aliento a cualquiera, incluso a él, que habia pasado por más de 59 mujeres, según el recuento de las viejas chismosas de la ciudad, como un ritual antes comenzar con sus costuras. Los martes hablaban de su familia, pero era miércoles, así que estarían hablando de embrazadas y esposos fallecidos y no de mujeriegos. El rostro ahora payasesco del joven quedó atónito, jamas lo habian besado así en su vida y jamás lo hubiera imaginado de aquella mujer, su beso le supo a fresa, olor que le haría recoradarla mucho tiempo después. Caminó hasta la entrada con aquellos zancos suyos que hacian ruido con cada paso que daba, aún en aquella alfombra turca importada, que todas las señoras desocupadas enviadaban. Se detuvo bajo el requicio de la puerta, y se volvió, solo para guiñarle un ojo y lanzarle un beso al joven, que de seguro debía saber a fresa también. Todos se sentían ahora como en una obra de teatro un tanto extraña, aunque de esas que quieres saber como terminan. Se quitó aquellos monumentos a las zapatillas y las arrojó al piso, como si fueran solo envolutras de algun caramelo, y se aventuró a la noche fría que ya comenzaba a devorar aquella tarde ventosa de abril. Cuando la puerta volvió a cerrarse todos despertaron de su enmudecimiento, el telón había caido pero la obra seguia aún su curso, el joven se levantó del sillón con forro de cuero, y camino hacia la puerta recién cerrada, aún medio confundido. Tomó las zapatillas rojas del suelo, la unica prueba de que lo que pasó había sido cierto. Las tomó con una sola mano y abrió la puerta con la otra. Todos en la sala comenzaron a cuchichear, como niños cuando el maestro acaba de salir en un examen. El joven bajó una por una las escaleras de la entrada, mirando hacia todas direcciones, esperando ver una alucinación roja carmesí deambulando por aquel jardín, traido de francia, segun había pedido el día que compró la casa, pero nada. Solo las zapatillas, que ahora le pesaban más por alguna extraña razón. Caminó un poco mas entre el aire helado de la noche, para colocar despues las zapatillas al borde de la fuente traida de Italia, por que a su madre siempre le habia gustado Italia pero nunca había estado allí, así que todas las tardes salía a sentarse en la orilla de la fuente a imaginar que estaba en una balsa, recorriendo los estrechos canales de Italia, tocando el agua que habia pedido que trajeran de Italia también, eso es lo que hacía antes de morir. Se sentó junto a las zapatillas, como para hacerles compañía y sintió la brisa que el aire nocturno llevaba hasta su espalda. Dio un último vistazo al rededor, pero nada, el mismo verde silencioso de siempre. Entoces recordó, miró al cielo y vió, regadas ahí, como cuando de niño tiraba los diamantes de su madre en el psio de la sala, un puñado de estrellas que parecían devolverle la mirada, que brillaban mucho mas de lo que alguna vez hubiese recordado.

Robar felicidad

¿Cómo sabes que eres tu?, ¿Cómo?. Por que se, y no se como , que hoy no soy yo, o no lo era. Como un niño que descubre que el spaiderman de su fiesta no era el verdadero, viendo en un tiempo que tal vez no te tocaba vivir. Es eso, vivir algo que no debes. La vida tiene sus propias reglas, y cuando te pasas del limite de felicidad permitidio, como un carro en zona escolar, te multa con unos dias de infelicidad, y muchas veces sin posibilidad a fianza. A la vida no se le puede engañar. Pero sales de ahí, no es para siempre, y tu sabes que no lo es, simplemente estabas en un tiempo que no deberías estar, ocupando la felicidad de alguien mas. Así que cuando sean desdichados, piensen que le estan dando felicidad a laguien mas, que tal vez la necesite mas que ustedes, o que yo.
Todo se puede soportar en la vida, menos muchos dias de contiuna felicidad.

5 feb 2009

Siento que me ha estado haciendo falta hablar con alguien, el estar callado tanto tiempo me esta volviendo hermético, y algunas veces se me hace difícil hablar con los demás. Pero lo peor de todo es que me gusta, soy un solitario por naturaleza, y el vivir en grupo nunca se me ha dado, aunque yo se bien que es fundamental a la hora de vivir. Y después de varias semanas de analizar, he llegado a la conclusión de que quien escribe es por que no tiene con quien hablar, o como yo, que es de la única manera en que se pueden comunicar abierta y libremente las ideas, es como estar hablando contigo mismo, y así sabes que nadie va a juzgar lo que digas, que no tienes que aparentar nada, ni fingir nada, todo fluye de manera natural. Últimamente me he sentido feliz, una serena felicidad, esa que te da cuando sabes que eres libre de hacer y andar por donde quieras, de la que te deja contemplar la luna a media calle, la que te hace reír como tonto cuando estás solo, o la que le quita importancia a lo que piensan los demás. Pero a veces esa tela de felicidad se rompe o se te cae por momentos, y comienzas a ver al mundo de una manera distinta, desequilibrando todo tú existir. Otras veces también pienso que es lo que va a ser de mí cuando sea viejo, lo más probable es que no tenga hijos y no haya nadie que cuide de mi, pero realmente eso no me importa mucho, por que al final de cuentas siempre he estado solo. Yo creo que lo que me pasa algunas veces es que mi deseo por la compañía y la aceptación rebasa por momentos fugaces a mi natural soledad, haciendo que avive en mí esa flama que me transmite la necesidad de estar acompañado, pero es difícil. Si apenas puedo con migo mismo, con todos estos sentimientos que me embargan, tal vez me sea muy difícil convivir con alguien más, más no imposible, por que parte de eso es saber relacionarse, que con lleva a su vez un cierto punto de fingir, cosa que he aprendido a odiar en todos estos años, fingir es lo último que me gusta a hacer, aunque muchas veces me veo forzado a hacerlo, engañando a mi alma y mi mente, a convencerme de que nada es como se plantea, y a no pensar en lo que los demás tal vez quieran de mi.
Últimamente mi búsqueda de pareja ha fallado atrozmente, y con cada nueva decepción voy perdiendo poco a poco la esperanza de realmente encontrar a alguien que me pueda amar. Yo se que mi corazón esta lleno de amor, de caricias contenidas, de palabras dulces amontonadas, pero de nada sirve si no hay a quién decírselas o hacérselas, creo que es por eso que fácilmente llego a ilusionarme, y una de las peores cosas es cuando muere una ilusión, se lleva consigo un pedacito de corazón, y lo remplaza con uno de piedra, en un vano intento de disimular ese agujero que ha dejado. El día que me quede sin corazón creo que ya no valdría la pena existir.
Las lagrimas ya se me acabaron, tanto llorar de niño acabo secándome los ojos, creo que lloré todo lo que tenía que llorar, por que ahora solo es un poco de agua y nada más, por que sin el sentimiento no son lágrimas, y yo se que de nada sirve llorar, no te soluciona nada, y de tanto que me papá me lo decía se me quedó grabado a fuego en el alma: no llores.
Ya, creo que contener todo lo que no puedo decir, agobia a mi alma, la asfixia y la aprieta contra la infelicidad, por que cada vez le dejan menos espacio para ir y venir cuando quiera. Y aparte el querer aparentar algo no tiene caso, los demás verán en ti lo que realmente eres y no más, tú alma no puede engañar, y lo primero que se ve es el alma, que nos dice a gritos que es lo que alguien busca, y cuales son sus intenciones, y a ella no la puedes engañar, el intentar cambiar lo que ella siente, solamente te da mas insatisfacciones y frustraciones, es ir contra la corriente, es echar agua al desierto, o alimentar a un puerco ajeno, que al final tú ni te vas a comer, es muchas cosas, pero nuca miente.

1 feb 2009

Tope

Aunque parezca imposible, he descubierto una nueva manera de vivir, una de tantas por las que he pasado, pero siento que esta es difernte, única en su tipo, tan sencilla pero tan dificil de llevar: ser tu mismo. Aja eso, asi de facil. O al menos asi de facil se dice, pero la realidad es otra. Muchos diran ¿Como es posilbe que alguien no sea uno mismo?, pero es posible y muy pocos logran hacerlo con éxito, o muchos no quieren hacerlo si lo vemos desde otro lado. Pero algo tan simple como eso cambia tu vida radicalmente, le da una vuelta en el aire para volverla a colocar en el sarten de la vida pero del otro lado, para que se termine de cocer bien, porque si se deja mucho por un solo lado se quema. Muchas personas se estan quemando y no lo sabem, pueden olerlo pero prefieren decir que es el de al lado y no ellos, pues asi es mas facil. Todos buscan lo que es mas facil. Por eso no forces lo que solito puede seguir su propio curso, dejalo ir y solo disfruta del viaje, pues si te preocupa el como llegar, cuando mires atrás te darás cuenta que desperdiciarte lo mejor, y todo por preocuparte en lo que realmente no importa. No solo te pares en los topes por que debes, detente cuantas veces quieras a admirar el paisaje, a sentir la brisa, a disfrutar del momento. Todo sabemos en donde termina este viaje, asi que para que apresurarse.

Te lo dice el Rafa de Vallarta, un poco mas hippie, y con una manera distinta de pesnar.