22 may 2011

Des-cubrir

Nunca hay que desdeñar la desfachatez de un desfalcador, no vaya ser que luego nos dé un desfallecimiento desfasado un tanto desfavorable que nos desfigure el desfiladero en que convertimos nuestro destino, dejándonos luego todos desgalichados, desgañitando por el desgarre que desfondó este desgobierno, que permite gente desleal en primer lugar.

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