19 nov 2008


Es curioso ver la importancia que se da el ser humano, la importancia que nos damos nosotros mismos, cuando en realidad somos tan pequeños, pequeñisimos y no solo de tamño, sino de espíritu también. Cada que pienso en la insmensidad del universo me embarga una sensación de inexistencia, de inutil brevedad, en donde todo carece de sentido e importancia, donde da lo mismo ser que no ser, donde se puede ser realmente libre y en donde la fugacidad de una vida no es mas que una simple ilusión que tal vez existió. Realmente somos polvo en el polvo, somos tan solo una mirada por la ventana de un tren a toda velocidad, un relámpago de una tormenta en el desierto, un recuerdo lejano de una memoria de millones de años de antiguedad, una guijarro arrojado a un océano embravecido desde el cielo, una coma en la internet...somos nada, y el hecho de saberlo te libera de muchas cosas, y te ayuda a entender el lugar que ocupas realmente, en esta vida y en el universo.

Y si, hoy me levanté un poco existencialista. Suele pasar.

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