2 abr 2012

2 am

Si, las dos de la mañana y no puedo dormir. Malditas siestas vespertinas. Lo peor que mañana me levanto temprano. Vuelvo al Kickboxing otra vez, y estoy feliz por eso. No, no solo por eso, sino por muchas cosas más. Todo empieza a salir como había querido y no por suerte. Aunque si me preguntaran qué es para mi la suerte: es ese punto donde las ganas y la oportunidad se juntan. Dale a alguien los medios para hacer lo que quiere hacer y lo hará. Así que el futuro pronostica buen clima.

Hace rato luchando con las sábanas pensaba que el momento antes de dormir es cuando las personas son mas honestas consigo mismas que en cualquier otro momento. No hay distracciones y, además, no tienen la necesidad de hacer nada más, solo de dejarse llevar por el sueño. Es ahí cuando surgen algunas de las mejores ideas, o peores, depende de que tan limpia tengas la conciencia. Por eso dicen que los rateros no pueden dormir, o algo así. Pero son esos momentos cuando te das cuenta de lo que realmente importa en la vida, de por qué vives y que es lo que deberías estar haciendo.Un hombre que hace caso a los pensamientos que tiene antes de dormir puede cambiar el mundo, si no en el que vivimos todos, al menos el suyo. Así que ahora intentaré dormir y de paso, cambiar el mundo. Lo malo del caso es que mañana se me habrá olvidado el secreto de la felicidad, ese que aprendí un segundo antes de Zzzzzz....

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