29 dic 2008

Al Amanecer (Parte 1)

-¡Dame eso!, ¡Ahora!- le dijo, mirandolo con ojos inyectados en furia. Sus opciones se acababan, recorrió con la vista desesperadamente todo el lugar, tenía que haber algun modo de escapar o estaría perdido. El asesino se acercaba cada vez mas con paso lento, seguro de su inminente victoria. Una media sonrisa se dibujo en su rostro, reflejando saciedad y desprecio por aquel que tenía enfrente, tenía miedo, siempre había podido ver el miedo en la cara de sus victimas justo antes de morir, como en aquel momento. Ahora estaba tan solo a dos metros. Sus botas enlodadas hacian un ruido sordo al chocar contra el psio de madera mientras avanzaba, una cuchillada rapida y todo habría terminado. En ese momento una luz cegadora respladeció por la ventana que tenían justo al lado, en cuestión de segundos toda la pared se vino abajo, levantando una nube de polvo y escombros que cubrieron toda la habitación, los dos hombres cayeron al suelo, separados por la camioneta que acababa de impactar la casa.
.
El joven volvió en sí rápidamente, aún estaba confundido por el golpe pero pudo reconocer al instante al conductor de la camioneta, era él. Echó un rápido vistazo a donde hace unos momentos estaba su agresor pero no había nadie, se había ido, y definitivamente no se quedaría a averiguar a donde. Abrió la puerta y se subió del lado del copiloto, en donde una cara familiar lo esperaba. Los dos hombres se vieron a los ojos unos momentos y sonrieron, todo había salido de acuerdo al plan, al menos la mayor parte, pero aún faltaba lo más dificil.
.
-¿Lo tienes?- preguntó el recién llegado con un brillo en los ojos. El joven dejó caer una cajita negra en el regazo del conductor, quien lo miró con una mezcla de incredulidad y asombro.
.
-Deberías tener mas confianza en tu compañero, ¿No crees?- le dijo mientras lo miraba y sonreía victoriosamente- ahora arranca que aún no hemos terminado. Con un movimiento rápido puso la camioneta en reversa, haciendo crujir la madera mientras avanzaba. Hizo girar el volante para dar una vuelta de 180 grados, que lo puso de frente al camino por el que había llegado, arrancó pisando a fondo, levantando una nube de polvo mientras avanzaba. Solo después de haberse alejado unos kilometros el joven se relajó en su asiento, soltando un gran suspiro. Recien notaba que le dolia todo el cuerpo, y que tenía varias heridas en las manos y pies, pero pronto terminaría, solo era cuestión de aguantar un poco más. Lo que no sabían era que alguien observaba todos y cada uno de sus movimeintos, oculto en las sombras. El espía tomo furtivamente unas fotografías de la camioneta y de los hombres mientras se alejaban, aquello estaba por terminar, y él estaba un paso adelante de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario